Después de haber hecho El laboratorio de Dexter, Genndy Tartakovsky se volcó a realizar una historia un poco más adulta, Samurai Jack, centrada en un samurai que era condenado a la perdición después de ser expulsado de su hogar, al que intentaba volver en cada episodio. La producción se realizó originalmente para Cartoon Network, debutando en 2001 con críticas más que positivas que le dieron vida por varias entregas.

Con el paso del tiempo, Samurai Jack empezó a perder importancia puertas adentro de Cartoon Network y no fue hasta que apareció Adult Swim que logró recuperarse y salir ganando. Como se sabe, la productora detrás de ficciones como Robot Chicken y la nueva serie de Blade Runner, Blade Runner Black Lotus, tiene espacio para series mucho más adultas en las que hay otro tipo de reglas que son más permisivas a la hora de crear.

En diálogo con Mirá A Quién Encontré, el director de Samurai Jack, Rob Renzetti, reconoció que el paso de Cartoon Network a Adult Swim fue más que provechoso para la serie de Tartakovsky. En este sentido, habló de mayores libertades y la posibilidad de poder ser un poco más sangrientos en la exposición de los combates aunque dijo que esto último no necesariamente tenía que ver con la esencia ni el espíritu que definía a la serie animada.

Para Renzetti, hubo un factor clave en el paso de Cartoon Network a Adult Swim que sobresale por encima de todo. Gracias a la nueva señal, Samurai Jack tuvo la posibilidad de tener un final. “Arcos narrativos más largos, narrativa pesada... Esto era totalmente disuadido antes. No nos permitían contar grandes historias, no nos permitían hacer cambiar realmente a los personajes. Todo tenía que reiniciarse al principio de cada caricatura”, aseguró el animador. Luego, afirmó: “Ahora los estudios buscan un gran arco, quieren que sus series animadas tengan una historia más grande”.

+La caricatura que le da la razón a Renzetti

Está claro que la animación no siempre tiene que considerarse como un producto meramente infantil y este es un prejuicio que muchas veces hace que los espectadores se pierdan de grandes historias. Bob Esponja está repleto de chistes escondidos para los adultos y Pixar hizo escuela contando relatos con un sentido mucho más profundo que lo que se ve en un análisis superficial. Pero si hay una caricatura que le da la razón por completo a Renzetti esa es BoJack Horseman. Producida por Netflix y con 6 temporadas, es de las pocas cuyos episodios no son autoconclusivos y que solo permiten comprender mejor a su protagonista una vez que se ven las seis temporadas completas.